Querida familia:
Es de público conocimiento la posibilidad de que el Senado trate la Ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados. La sanción de esta Ley exige modificaciones en el Código Civil, como por ejemplo reemplazar los términos varón-mujer por contrayentes. Lejos de ser un simple juego de palabras, esta permuta guarda implicancias muy profundas sobre las que todos los ciudadanos argentinos debemos reflexionar. Si bien en la Sociedad existen uniones entre personas homosexuales, no es discriminatorio no incluir esas uniones dentro de una Ley de Matrimonio, ya que tampoco están incluidos el matrimonio entre padres e hijos, entre hermanos, ni entre menores por mencionar algunos de los impedimentos a los que refiere el Código Civil para la unión conyugal. El matrimonio entre el hombre y la mujer, quienes son radicalmente diversos, se funda en la complementariedad que se da en la diversidad misma de su naturaleza, y la manifiestan en la apertura a la transmisión de la vida. Sólo el hombre en unión con la mujer, son capaces de engendrar en forma natural la vida de otro ser y cobijarlo la mujer en su vientre. La procreación de la prole por parte de la unión del hombre y la mujer es una manifestación evidente de la naturaleza que no puede negarse en pos de aceptar las uniones homosexuales. El niño o la niña que nace irá creciendo, identificándose con el padre, con la madre. Necesita la figura del papá y de la mamá para configurar y estructurar en forma adecuada su personalidad.Nosotros los creyentes, sabemos además que la dimensión conyugal en la apertura a la vida se abre a la trascendencia: es Dios mismo quien transmite la vida a través de los padres, varón y mujer, en el hijo. Con la Ley de matrimonio homosexual se impone a la Sociedad un nuevo modelo de familia que desconoce la naturaleza del hombre.
A continuación les transcribimos un fragmento de la carta que Mons. Bergoglio envió a las parroquias, y los invitamos a participar de la marcha que el Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina (DEPLAI) ha organizado para el martes 13 de julio a las 18:30 frente al Congreso de la Nación bajo el lema “Queremos mamá y papá para nuestros hijos”. Esta marcha no es contra nadie, simplemente una expresión de las convicciones del modelo de familia que propiciamos para nuestra Patria.
“El matrimonio como relación estable entre el hombre y la mujer, que en su diversidad se complementan para la transmisión y cuidado de la vida, es un bien que hace tanto al desarrollo de las personas como de la sociedad. No estamos ante un hecho privado o una opción religiosa, sino ante una realidad que tiene su raíz en la misma naturaleza del hombre, que es varón y mujer… Afirmar la heterosexualidad como requisito para el matrimonio no es discriminar, sino partir de una nota objetiva que es su presupuesto. Lo contrario sería desconocer su esencia, es decir, aquello que es. “El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales. Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanentes... El matrimonio se funda en la unión complementaria del varón y la mujer, cuyas naturalezas se enriquecen con el aporte de esa diversidad radical”.
Pedimos al Espíritu Santo que nos ayude a discernir, a involucrarnos, a cuidar a nuestras familias reconociendo en ellas la base de la Sociedad y a hacer valer los valores esenciales que como personas libres sostenemos.
De manera muy especial les pedimos a los papás del turno tarde retirar a sus hijos con puntualidad a las 17:45 ya que no quedará nadie en la Institución después de ese horario para participar de la marcha.
Un abrazo en el Señor
Equipo Directivo
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